El Trastorno del Espectro Autista (TEA) es un trastorno del neurodesarrollo caracterizado por dificultades en las relaciones sociales, así como patrones de conducta estereotipada, como balancear su cuerpo hacia adelante y hacia atrás o hacia los lados, repetición de palabras, aleteo y caminar en círculos, así como una alteración en la capacidad de comunicación y lenguaje, entre otros.
Esta condición podría acompañarse alta o baja sensibilidad a ciertos estímulos. A pesar de que muchas personas lo consideran una enfermedad, por la connotación negativa de la palabra trastorno, el TEA es realmente una condición, una forma distinta de interpretar o percibir el mundo que nos rodea.
Éste puede presentarse, independientemente del género, pero los varones tienen 4 veces más probabilidades de tener TEA que las mujeres.
De acuerdo con el DSM-5, que es el manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales, publicado por la Asociación Estadounidense de Psiquiatría, existen tres grados del TEA. El grado o nivel dependerá de la capacidad de comunicación, así como su manera adaptarse a la vida diaria y el manejo de sus emociones. Este nivel aparecerá en el diagnóstico y puede aumentar o disminuir, dependiendo de la atención que se le brinde al paciente.
A continuación, algunos de los mitos más comunes sobre esta condición:
1
MITO: Los autistas son genios.
REALIDAD: El coeficiente intelectual (CI ó IQ) de los pacientes con TEA varía grandemente, por lo que no se debe generalizar, ya que su nivel de inteligencia no está relacionado con la condición. Puede estar combinado con aptitudes sobresalientes hasta discapacidad intelectual.
2
MITO: El autismo es provocado por vacunas y/o medicamentos.
REALIDAD: Aún no se ha encontrado evidencia concluyente de posibles causas de esta condición. La comunidad médica y científica de todo el mundo apoya de forma unánime la conclusión de que no existe evidencia que relacione la vacunación con el desarrollo de los TEA.
3
MITO: Hay una epidemia de autismo
REALIDAD: Es posible que, debido al aislamiento social, provocado por la pandemia por COVID-19 se haya agravado la condición en muchas personas. Sin embargo, la causa de que haya más diagnósticos podría deberse al desarrollo de nuevas herramientas de detección, al aumento de profesionales en salud mental y/o a una mayor conciencia sobre la condición.
4
MITO: Las personas con autismo no expresan emociones. Son como robots.
REALIDAD: Las personas con autismo se relacionan de manera diferente, pero poseen sentimientos: aman, sienten, y pueden expresar los mismo, así como tener empatía con los demás. Son seres humanos con necesidad de afecto, y tienen interés de relacionarse socialmente. Sin embargo, a veces se les dificulta por sus diferencias en la compresión, así como rutinas y comportamientos que pueden ser considerados obsesivos y a su sensibilidad a estímulos táctiles, sonoros o visuales. Es importante, que se les brinde nuestra ayuda y ser pacientes, para, de esa manera, ayudarlos a relacionarse adecuadamente con su entorno social.
5
MITO: No hay adultos con autismo
REALIDAD: Por tratarse de un espectro, existen infinidad de diferencias entre los signos de alerta, lo que puede llegar a confundir, incluso a expertos. Asimismo, muchos padres y familiares tienden a ignorar estos signos, por miedo a aceptar la posibilidad de que tengan la condición, lo que puede llevar a un diagnóstico tardío. Actualmente, la edad promedio de diagnóstico es de 4 años y generalmente los padres comienzan a notar algo raro en el desarrollo de sus hijos alrededor de los 18 meses.
Debemos recordar que no todos los autistas son iguales. Es contraproducente hacer comparaciones, tanto con otros pacientes, como con personas neurotípicas, ya que puede llevar a la frustración. Como seres únicos y especiales, celebra cada logro, por pequeño que sea. El conocimiento, la paciencia y la compresión son claves para sobrepasar cualquier obstáculo.
* La autora es Psicóloga Educativa con cerca de 15 años de experiencia en el área de educación especial con la Secretaría de Educación Pública de México. Puede ser contactada en ross.r.escorza@gmail.com