CONCÉNTRATE AUNQUE TENGAS DÉFICIT DE ATENCIÓN

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Desde niño he tenido problemas para concentrarme.  En la escuela mientras estaba en clase, me iba en un viaje pensando en mil cosas, menos en lo que el maestro explicaba (claro, a menos que me pareciera interesante la clase).  Mientras estudiaba comunicaciones me concentraba un poco mejor, porque la mayoría de las clases eran de mi interés.  En la escuela de derecho nunca pude entender por qué había personas dedicadas que podían estar leyendo casos y estudiando desde la mañana hasta la noches.  En muchísimas ocasiones tomé la determinación de pasar el día estudiando.  Me iba a la biblioteca y a los diez minutos, salía por un café.  Luego, buscaba otra excusa para salirme.  Al final del día, no había podido estar ni siquiera una hora estudiando.  Salía desanimado, por no haber podido lograr lo propuesto.  Me gradué en 2005, con Suma… Dificultad.

En 2001 pude entender al menos qué me pasaba, porque me diagnosticaron déficit de atención (TDA, o ADD en inglés).  El TDA es una condición neurobiológica que afecta a niños y adultos por igual, causando dificultades en la atención, la concentración y el control de impulsos. Esta condición puede presentar desafíos significativos en la vida diaria, especialmente en entornos que requieren un alto nivel de concentración y enfoque, como el estudio, el trabajo o la realización de tareas complejas.  Desde hace 8 años aproximadamente, comencé a aplicar estrategias para ayudarme a mejorar la concentración y ayudarme con los síntomas de la condición.   Una de las más que me ha resultado más efectiva es el Método Pomodoro.

Este método fue desarrollado en la década de 1980 por Francesco Cirillo, un estudiante universitario que buscaba mejorar su productividad y concentración mientras estudiaba. La técnica se llama así debido a que Cirillo utilizaba un temporizador de cocina en forma de tomate (pomodoro en italiano) para dividir su tiempo en intervalos de trabajo y descanso. Desde entonces, ha sido ampliamente adoptado por estudiantes, profesionales y cualquier persona que busque aumentar su productividad y concentración.

 

El método se llama Pomodoro, porque su creador utilizaba un temporizador de cocina, en forma de tomate (pomodoro en italiano). Si deseas comprar uno, visita el enlace, ya que hay varios modelos disponibles.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

¿En qué consiste el Método Pomodoro?

El Método Pomodoro se basa en la idea de trabajar en intervalos cortos y concentrados, seguidos de pausas regulares. El proceso típico consiste en los siguientes pasos:

  1. Configurar el temporizador: elige una tarea específica que deseas completar y ajusta un temporizador a un intervalo de tiempo (el más común es 25 minutos).  A este período de tiempo se le conoce como “pomodoro”.
  2. Trabajar concentrado: durante el primer “pomodoro”, concéntrate exclusivamente en la tarea elegida, evitando cualquier distracción o interrupción.
  3. Tomar un descanso corto: después de completar el primer “pomodoro”, toma un breve descanso de 5 minutos. Levántate, estira las piernas, descansa la mente y prepárate para el próximo ciclo.
  4. Repetir y tomar un descanso más largo: luego de completar cuatro “pomodoros” (es decir, cuatro intervalos de 25 minutos) toma un descanso más largo de aproximadamente 15-30 minutos. Utiliza este tiempo para relajarte, tomar un refrigerio o cualquier otra actividad que te ayude a recargar energías.
  5. Registro de avances: durante el proceso, lleva un registro de tus “pomodoros” completados. Esto te ayudará a tener una idea más clara de cuánto tiempo dedicas a tareas específicas y cómo estás progresando.  Recuerda que pequeñas victorias te motivan a conseguir triunfos mayores.

Si deseas comprar algún temporizador, aquí hay varios recomendados.

Timer para técnica pomodoro

Beneficios para personas con TDA

El Método Pomodoro ofrece varios beneficios para las personas con TDA:

  1. Estructura y organización: el TDA puede dificultar la capacidad de mantener la atención durante largos períodos de tiempo. Al dividir el trabajo en intervalos cortos y definidos, el Método Pomodoro proporciona una estructura clara que facilita el enfoque en una tarea específica.
  2. Evitar la fatiga mental: los descansos regulares permiten a las personas con TDA evitar la fatiga mental y el agotamiento, lo que puede mejorar la resistencia y la capacidad para mantener la concentración a lo largo del tiempo.
  3. Mayor sensación de logro: al completar cada “pomodoro”, las personas con TDA pueden experimentar una sensación de logro y progreso, lo que puede aumentar la motivación y el interés en la tarea.
  4. Reducción de la procrastinación: el método ayuda a romper la procrastinación, ya que solo se necesita comprometerse con el trabajo durante un corto período de tiempo antes de tomar un descanso.
  5. Aumento de la productividad: al utilizar el Método Pomodoro, las personas con TDA pueden mejorar su productividad al enfocarse en la calidad y la eficiencia durante cada intervalo.

Conclusión

El Método Pomodoro es una herramienta valiosa para mejorar la concentración y la productividad, especialmente en personas con TDA. Al proporcionar una estructura definida y pausas regulares, este enfoque puede ayudar a gestionar los síntomas de la condición y facilitar la realización de tareas y actividades diarias. Sin embargo, es importante recordar que cada persona es única, y lo que funciona para algunos puede no ser igual de efectivo para otros. Por lo tanto, es fundamental que experimentes con diferentes técnicas y enfoques para encontrar el que mejor se adapte a tus necesidades y preferencias individuales. En cualquier caso, el Método Pomodoro es una herramienta valiosa que puede marcar una diferencia significativa en la vida de quienes buscan mejorar su concentración y productividad.