Tras casi un mes de especulaciones e incertidumbre sobre el futuro de la candidatura demócrata a la presidencia de los Estados Unidos, al parecer ya hay un consenso. La virtual elegida es la actual vicepresidenta Kamala Harris. El primero en apoyarla fue el propio Presidente Biden, tras anunciar que dejaría a un lado la carrera. Durante los pasados días, varias figuras demócratas y delegaciones completas, como la de Puerto Rico han cerrado filas con Harris. Sin embargo, considero que el endoso anunciado el día de hoy por el Ex Presidente Barack Obama y su esposa Michelle es el que definitivamente corona a Harris como la heredera de Biden en el partido demócrata. Hasta ahora, la única candidata que, según varias encuestas podía tener éxito frente al republicano Donald Trump era Michelle Obama. Asimismo, el Gobernador de California, quien también era una de las figuras fuertes para sustituir a Biden endosó a la vicepresidenta. El escoger una candidata de consenso es crucial, ya que enfrentarse a Trump no es tarea nada fácil, a pesar de que éste no goza de la simpatía de una gran cantidad de personas e incluso los principales medios de comunicación lo detestan. La terquedad de Biden de retirarse apenas un mes antes de la convención de su partido y casi un mes más tarde del desastroso debate en el que lució incoherente y perdido (al igual que en muchas otras apariciones públicas) han reducido dramáticamente las posibilidades de un triunfo de los demócratas.
Otro de los desafíos que enfrenta la primer mujer en convertirse en vicepresidenta es seleccionar a sus compañero de papeleta para esa posición que ocupa actualmente. Trump ya dio un “jonrón con las bases llenas” al seleccionar a JD Vance, un senador de Ohio, abogado y escritor con mucha simpatía entre el electorado, cuya historia de superación fue contada en la película de Netflix “Hillbilly Elegy”. Lo más genial de la elección de Trump es que Vance fue un importante crítico del ex presidente y ahora lo apoya totalmente. Ante este panorama, la mejor carta que puede jugarse Kamala Harris es seleccionar a Michelle Obama. Ambas, pero especialmente Obama (cuya vida también fue contada por Netflix en un documental) tiene el carisma, la simpatía (como primera dama fue muy querida) y es una profesional capacitada para el cargo, no sólo de vicepresidenta, sino también de asumir con éxito la presidencia. Un dúo de mujeres afroamericanas para la presidencia y vicepresidencia pude ser un atractivo adicional muy significativo.
Aunque es poco probable que surja un nuevo candidato, ya que una lucha interna a este momento del juego, puede ser desastrosa, son los delegados quienes ahora tienen en sus manos la decisión de elegir oficialmente al candidato de la colectividad política durante la convención nacional demócrata, a celebrarse del 19 al 22 de agosto en Chicago, la misma ciudad donde se celebró la controversial convención del partido en 1968. Desde ese año ningún presidente incumbente ha decidido no aspirar a la reelección.
La controversial Convención de 1968
A finales de 1967, el Senador Eugene McCarthy, quien apoyaba la culminación de la Guerra de Vietman decidió retar al Presidente Lyndon B. Johnson y en marzo el también senador Robert Kennedy entró en la carrera por la nominación demócrata. Ante la posibilidad de llegar tercero en la contienda, una humillación sin precedentes, Johnson anunció el 31 de marzo que no buscaría la reelección. Tras el anuncio del presidente, el Vicepresidente Hubert Humphrey entró en la carrera, heredando los delegados de Johnson. Tras el asesinato de Kennedy en junio, los delegados de éste no se comprometieron con ningún candidato hasta la convención. Finalmente, Humphrey resultó electo candidato en la convención, aunque perdió la elección, frente al republicano Richard M. Nixon.