El Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) aparece y puede ser diagnosticado desde muy temprana edad (aproximadamente a los 7 años). Quienes padecen esta condición presentan dificultad para mantener la atención por períodos de tiempo continuados, así como un aumento significativo en la actividad física e impulsividad.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), establece en un 5% la incidencia de TDAH a nivel mundial. Estas cifras revelan que el TDAH es un problema de salud pública grave, que afecta a los padres, maestros y el niño que lo padece, particularmente si no se diagnostica a tiempo y existe ignorancia acerca de cómo manejar correctamente la situación.
A continuación los síntomas más comunes de este trastorno. Es importante que si notamos (ya sea como padres o maestros) que un niño manifiesta alguno o varios de estos síntomas, no tacharlo de “flojo”, “burro” o problemático. Por el contrario, canalizarlo a los profesionales de la conducta, quienes contarán con las herramientas adecuadas para diagnosticar esta condición, y brindarán las estrategias para garantizar el aprendizaje del menor. Las siguientes señales de alerta representan solamente una guía y no sustituyen el diagnóstico profesional.
Signos de falta de atención:
◦Le cuesta mucho prestar atención.
◦Le cuesta mucho escuchar lo que le dicen.
◦Se distrae fácilmente de sus tareas y del juego. Le cuesta concentrarse en una actividad determinada o en una conversación.
◦Se le dificulta mucho seguir instrucciones.
◦Es desorganizado.
◦Pierde cosas importantes.
◦Se olvida de las cosas.
◦No quiere hacer actividades que exijan mucho esfuerzo mental.
◦Deja tareas inconclusas, ya que tiene una tendencia a cambiar constantemente de una actividad a otra.
◦Manifiesta dificultad en situaciones que requieren atención sostenida, tales como seguir una explicación, mantener la lectura cierto tiempo y copiar un texto.
◦Puede mostrar ligera torpeza en la ejecución de actos sencillos.
◦Con frecuencia extravía objetos (juguetes, útiles escolares, libros, etc.).
Signos de hiperactividad:
◦A menudo corre de un lado a otro y se sube a lugares inapropiados.
◦Generalmente está inquieto o se contorsiona. No puede permanecer quieto por largo rato y al estar sentado se mueve continuamente en el asiento. Parece estar en constante movimiento.
◦Habla mucho.
◦Le cuesta participar en actividades tranquilas.
◦En clase se levanta frecuentemente y abandona su asiento. Muchas veces pide ir al baño o a tomar agua.
Signos de impulsividad:
◦Contesta antes de que terminen de hacerle una pregunta.
◦Tiene muy paciencia.
◦Se le dificulta esperar su turno o quedarse quieto en una una fila
◦Actúa y habla sin pensar.
◦Se lanza a cruzar la calle sin mirar.
◦Interrumpe a otros.
◦No respeta las reglas en juegos con otros niños.
◦Suele hacer comentarios fuera de lugar o interrumpir a sus maestros.
◦Frecuentemente interfiere en las tareas de los otros niños.