(San Juan, P.R.) – El senador William Villafañe Ramos presentó dos proyectos de ley que persiguen fomentar e incentivar la donación de sangre. Una medida propone aumentar a 8 horas al año la licencia con paga para que empleados públicos puedan donar sangre; además de poder utilizar 8 horas adicionales para el mismo propósito de su balance de licencia por enfermedad.
Asimismo, presentó otra medida para permitir el uso de hasta cuatro horas acumuladas de la licencia por enfermedad para la donación de sangre, con el fin de incluir al sector privado en este esfuerzo.
“Las reservas o bancos de sangre y sus derivados en Puerto Rico constantemente experimentan escasez. Es fundamental para la salud pública contar con suficiente sangre, plaquetas, plasma y demás derivados disponibles para suplir cualquier necesidad o emergencia”, establece Villafañe Ramos en la medida.
El senador también puntualiza que “la donación de sangre salva vidas y su valor excede por mucho el costo de permitir a un servidor público tomar de su tiempo de trabajo para aportar de este preciado líquido. Estimular la donación es una buena política pública que no debe centrarse en sumar donantes, sino que también debe promover la donación múltiple de cada donante activo”.
La primera medida enmendaría la Ley Núm. 154-2000, Ley para conceder una licencia a los empleados públicos para donar sangre, que estableció una licencia para que empleados públicos pudieran tomar hasta cuatro horas de su tiempo laborable para donar sangre.
El proyecto de ley indica que las persona pueden donar de su sangre cada 90 días, hasta tres a cuatro veces por año.
Mientras, la propuesta para el sector privado cambiaría la Ley Núm. 180-1998, Ley de Salario Mínimo, Vacaciones y Licencia por Enfermedad de Puerto Rico, que dispone el derecho de los trabajadores del sector privado a una licencia por enfermedad. Aunque dicha ley enumera las opciones que tienen los empleados para agotar o consumir esta licencia, la donación de sangre no está incluida en las alternativas; esta es una licencia que solo se otorga a empleados del Gobierno.
“Esta práctica es para beneficio de toda la sociedad y debe reconocérsele, de manera menos onerosa para el sector privado, a los trabajadores no gubernamentales. Esperamos que la aprobación de esta medida aporte a la necesidad de sangre que tenemos en nuestra Isla, particularmente en tiempos como los que actualmente vivimos”, concluyó Villafañe Ramos.