Marzo 2020. Ese fue el mes, donde pensé que mi carrera terminaría. Los medios de comunicación ya anunciaban una pandemia mundial. En ese momento yo me preguntaba: “y ahora, ¿qué?” En mi frustración, repasaba mi portafolio fotográfico, para memorias de viajes en otros países, eventos y fotos desde el comienzo. En un momento de pura frustración, decidí salir al patio, para tomar vitamina D, y comienzo a escuchar aves y coquíes. El bombillo se enciende y ya que no puedo viajar fuera de PR, me pregunté: “¿y si yo fotografío estos animales, qué pasaría?” Este es sólo el comienzo de esta historia. No había tenido la oportunidad de fotografiar fauna, por compromisos profesionales. Y este tiempo, seria el perfecto y este, sería mi próximo reto.
Uno de mis sueños y metas que siempre tuve fue, trabajar para National Geographic. De pequeño, sus fotos en esas revistas me volaban la cabeza. Y todavía al día de hoy, sigo admirándolas. Al pasar el tiempo trabajando como fotógrafo en Los Ángeles, recibí mucho respeto por las fotos de fauna. Y durante este periodo de frustración, decidí no cambiar mucho la fórmula. Pero ahora mas macro, sino mas de cerca y con mas detalles, mejores colores y encuadres. Era una cuestión de tiempo y de poner manos a la obra. El objetivo era fotografiar la fauna encontrada para no pensar en el encierro. Y punto.
Halcón Común (Falco sparverius).
En el patio de casa y al estudio
En el patio de casa, observaba varias especies. En un árbol pude fotografiar una libélula. Barriendo hojas, pude encontrar desde un coquí, hasta una ranita blanca, como también sapos de caña, como también abejas. Lo mas interesante fue tener la oportunidad de fotografiar, varias de estas especies en estudio. Y vaya que supieron posar. Muchas caritas en esas personalidades. Algunas de estas fotos fueron durante el día y otras, durante la noche. Antes de decirles adiós a estas especies, siempre les doy las gracias por dejarse fotografiar.
Unos pájaros hacían mucho, mucho ruido. Cuando miro bien, es un par halcones comunes. Admito que para fotografiarlos, estuve sentado en una escalera, alrededor de tres horas. Hubo un día, donde por poco me caigo de la escalera. Estos frecuentaban una rama seca después de las 4pm, en el patio del vecino. Estos halcones, fueron una prueba de paciencia. Pero, tuvo sus frutos.
La manatí y los tinglares
Costa Azul, Luquillo. Desde el principio de los 2000’s, visitaba esta playa. Considerada una de las bellas del area este de PR, sigue siendo una de las mas visitadas por mucha gente de municipios cercanos y turistas. Después de la orden ejecutiva y de tanto encierro, decidí frecuentar esa playa los fines de semana. La gente caminaba y el agua aclaraba mas que nunca. Caminando por la arena veía cangrejos, aves y una marea que bajaba de vez en cuando.
Una mañana a las 6:30, un pelotón de gente estaban en la playa, socorriendo algo. Bajo a la playa, y me percato que socorrían a una manatí. Fuí a buscar mi cámara, porque nunca había tenido una manatí tan de cerca. Una bióloga del area, con unos voluntarios, de paso le echaban un vistazo a nidos de tinglares en esa costa. Esa fue mi primera vez con tinglares recién nacidos. Al conocer a esos voluntarios, fui luego invitado aventurar con ellos otros días, a la Playa San Miguel. Donde al haber mas nidos de tinglares, pude hacer mas fotos de tinglares bebé. De paso, ayudamos a salir a las tortuguitas a llegar al mar, porque ciertos depredadores aéreos los veían como almuerzo. Los tinglares son adorables.
Cangrejos & Jueyes
Menudos personajes. Bruscos y rápidos. Pero fotografiarlos, fue una bendición. Esa bendición fue capturar todos sus detalles. Son coloridos, en ocasiones los encuentro adorables y graciosos. Como toda diversidad animal, son bien variados en patrones, colores, etc. Varían según sus hábitats. Se requiere mucha paciencia con ellos. Y ojo, que pueden a llegar a picar y duro. Algunos fueron fotografiados en su mismo habitat y en ocasiones sobre una cartulina blanca. Repitiendo así la formula de estudio pero, con luz natural y en esa misma localidad.
Cangrejo hermitaño (Coenobita clypeatus).
Cuando la marea baja
¿Qué hay debajo del mar? Mucho. En ocasiones, lo considero infinito. Y sus especies, muy variadas. Cuando la marea baja, se revela lo mucho que no logramos ver. El océano y sus misterios. Con marea baja pude encontrar carruchos, erizos de mar, pepinos de mar, un casco real, estrellas quebradizas, babosas de mar, anémonas, langostas, langostinos, gusanos barbudos. Un día dentro de un concha de un carrucho viejo, encontré un pulpo común del caribe. Su cambio de colores para el camuflaje, es impresionante. Un camaleón oceánico en pleno esplendor. En esos carruchos viejos, también habitan peces y otros tipos de fauna.
Durante esas fotos, era muy normal la gente acercándose a ver las especies de cerca. Los turistas y la gente en general, se sorprendieron de ver esa fauna, y luego algunos me seguían en redes sociales. Y todavía me preguntan: “¿con qué especies vienes ahora?” Ja ja ja.. Es una sorpresa. Porque decidí ir fotografiando según lo que encuentro por el camino y disfrutar el momento, pero sin atarme a algo en específico. Aprovecho cada momento. Me pasó que hay especies que después de fotografiarlas, no las he vuelto a ver. Como a otras que si.
Pulpo Común del Caribe e Color Claro (Octopus briareus).
Anémonas de mar (Stichodactyla helianthus).
Aves: Las mas difíciles
No podía continuar sin incluir fotografia de aves. Las aves son bruscas, y también tienen su nivel de dificultad. Salen a horas y momentos muy específicos. Un lente largo y mucha paciencia, son dos requisitos mandatorios. Cuando la marea baja, también salen alimentarse de peces pequeños, como su delicia principal. Aquí pude encontrar garzas reales, garzas pechiblancas, pelicanos pardos, gaviotas reales y gaviotas gallegas (o conocidas en inglés como, laughing gulls). Algunas de estas especies tienden andar mas en manadas. Otras son mas solitarias.
La misión mas difícil de fotografiar, fueron los pelicanos. Con el agua hasta la cintura y un lente largo, intenté lo mejor. Pero se pudo. Eso si, las garzas son mucho mas amigables. La yaboa al igual que los gaviotas, tienden a ser mas tímidas. La yaboa es más de río, la cual encontré cerca de un mangle y cerca un martinete. Este estaba distraido listo para pescar. Sabía que no le haría daño. Después de fotografiarlo muy de cerca y con el agua a las rodillas, me corté un pie. Esa toma mereció la pena. También incluyo a las garzas ganaderas, donde en un árbol frondoso, hay varios nidos.
Conclusión
Era hora de volver a mis raíces fotográficas. Me ha tomado un año entero conseguir estas imágenes. En ocasiones, volvía a encontrarme las mismas especies, y las fotografiaba por segunda vez. Las fotos quedaron hasta mejor. La espera, mereció la pena. Aprendí con los años, que en tiempos de crisis, siempre se abren puertas para nuevas oportunidades. Y esta era mi oportunidad para ese “comeback” visual. Durante este año puse mi paciencia a prueba.
Costa Azul ya tiene un lugar muy especial en mi corazón. Durante la pandemia, aprendí apreciar este lugar mas que nunca. Situada en la capital del eterno verano, esta costa tiene algo especial. No sé si sea su tranquilidad, la belleza de su paisaje, el aire limpio o su brillante sol, en la Capital de Sol. Lo que si sé es que es el hogar mucha fauna, terrestre y acuática. Lo cierto es que también, estas especies que me obligan a seguir apreciando su lugar en este planeta. Si hay algo que le agradezco por fotografiar estas especies, es que he reconectado con ese lado aventurero mío, de descubrir imágenes en lugares donde no creía que podía encontrar tanto. Y de paso tener siempre tener tu bulto listo con agua y tu equipo fotográfico, porque lo cierto es que en el camino, no sabes lo que vas a encontrar. Pero para estas capturas, hay que estar listo, física y mentalmente. Hay días malos y habrán días mejores. C’est la vie, o mejor dicho, así es la vida. Y ahora pregunto yo, ¿qué futuras aventuras vendrán? Las frustraciones nos ayudan a caer, para así levantarnos. Qué aprendí de todo este año pasado? Un simple recordatorio, quien busca siempre encuentra. Y estoy listo y más preparado, para próximas aventuras.